viernes, abril 24, 2009

El duende del bosque estaba ausente, se miraba al espejo y encontraba la simple nada, su propia sombra se escondia de su presencia y los habitantes de la aldea ya no llamaban a su puerta artos de siempre la misma respuesta sorda. Se oian rumores de que el duende habia desaparecido, las cartas acomuladas en su buzón hacian pensar que hacia tiempo nadie vivia alli adentro. Pero la seta seguia latiendo, debilmente, pero latia, en su interior el duende hacia vida antisocial. Por el dia dormia, y por la noche vigilaba a la luna dormir en su techo de estrellas, asi dicho parece muy monotono, pero no era asi, cada noche era distinta completamente, porke los sueños suelen ser cada dia una historia diferente.




Una de esas noches el duende se encontraba totalmente tendido sobre la nube mas densa del cielo, miraba al infinito, a él le parecía lo mas cercano posible a su mano, todo era de un color azul homogeneo, y tan solo una estrella en el cielo, esa estrella no paraba quieta un segundo, iba de un sitio a otro del cielo, y el duende la preguntó intrigado el porqué de su trajeteo, a lo ke la estrella le respondio ke estaba buscando su sitio en el cielo, que luego vendrian muchas mas estrellas y tenia que encontrar sitio antes de q llegasen todas las demas. El duende no comprendia su nerviosismo, tenia todo el cielo para ella, era la primera estrella y eso la concedia el privilegio. Despues de una hora buscando, porfin se quedó inmovil en un sitio en concreto, al rato empezaron a llegar estrellas, todas parecian estrellas novatas, buscaban el sitio delicadamente, asi asta replegar el cielo entero, comenzaron a montarse unas encima de otras y se montó un gran jaleo, todas las estrellas alborotadas estaban espectantes, como si de un teatro se tratase, todas de repente silenciaron el ambiente y al fondo la luna aparecía resplandeciente, un ooooohhh inundó el cielo. Todas las estrellas se retiraban al paso de la luna por el cielo. Al duende no le extrañaba, desde la tierra no podia verla tan nitidamente, era aún mas bonita, mas grande, mas luminosa y mas magica. Con la boca abierta y sin mover un centimetro de su cuerpo la veia poko a poko avanzar asta él, de repente la luna se paró y le miró extrañada.

-¿que aze un duende despierto a estas horas?.

El duende seguia anodadado, no sabia ke responder porke le tenblaban los labios de lo nervioso ke estaba, pensó en disculparse, pero decidió decir la verdad:

- Usted ilumina la noche mientras todo el mundo duerme, y los pocos ke nos quedamos despiertos podemos observarla sin temor a quedarnos ciegos, su compañero el sol no nos deja verle, pero usted es tan bonita, ke no podia dejar escapar la ocasion de poderla ver todas las noches.



Al cabo de nosecuanto tiempo, la luna le susurro una cosa al oido del duende, le izo un guiño y siguió su camino abriendose entre las estrellas. El duende no salia de su asombro, acababa de estar hablando con su sueño, esa luna ke tantas veces habia visto en el cielo noche tras noche. El duende se sentia la persona mas privilegiada del mundo. Y lo ke le habia susurrado, esa frase se le clavó en el alma, no podia entenderlo, porque para alguien que vive en la tierra esas palabras podrian cambiar el mundo entero. La luna le abia susurrado el secreto de la humanidad.... "en sueños todo es posible".