viernes, junio 22, 2007

el rocanrol de los idiotas

Yo no tenía ganas de reir,tú reías para no llorar;
yo le guiñaba un ojo a mi nariz,tú consolabas a tu soledad.

Yo sin ninguna escoba que vender,tú con mil y una noches que olvidar;
a mí no me quería una mujer,a ti se te moría una ciudad.

Tú habías perdido el último autobús,a mí me habían hechado de otro bar;
los mismos alfileres de vudú,el mismo cuento que termina mal.

Pero quiso el cielo bautizar el suelo con su gota a gota
y con champú de arena para tu melena de muñeca rota
y tu mirada azul me dijo a cara o cruz y mi alma de tahur
lo puso a doble o nada.

Y los peces de colores de mis botas y tus marchitos zapatitos de tacón
locos por naufragar salieron a bailar al ritmo de la lluvia sobre las capotas
el rocanrol de los idiotas.

Yo no venía de ningún país,tú ibas camino de cualquier lugar;
conmigo no contaba el porvenir,de ti no se acordaba el verbo “amar”.
Yo no jugaba para no perder,tú hacias trampas para no ganar;
yo no rezaba para no creer,tú no besabas para no soñar.

Y sin equívocos de vodevil ni alertas rojas en el corazón
el dios de la tormenta quiso abrir la caja de los truenos y tronó,
porque quiso el cielo acariciar el suelo con su gota a gota
y con champú de arena para tu melena de muñeca rota.

Qué disparate de partida de ajedrez con un partenaire
adicta al jaque mate.

Y tu bolso como un nido de gaviotas y mi futuro con pan duro en el cajón
locos por naufragar salieron a bailar al ritmo de la lluvia sobre las capotas
el rocanrol de los idiotas.

Capeando el temporal salieron a bailar como dos locos bajo el chaparrón de notas
del rocanrol de los idiotas.

El rocanrol, el rocanrol de los idiotas.
Como tu y como yo.
El rocanrol de los idiotas.


joaquin sabina (el rocanrol de los idiotas)

1 comentario:

Eurídice dijo...

Hola, soy la Cereza que te mira asomando la nariz por la portezuela que le ofrece la seta de un Duende.

Tengo 26 años de luz y un millón de vidas que alumbrar.

Yo también ansío un encuentro. Tengo ganas, sed y hambre de reencuentros, de circos plenos de humanidad, de conversaciones infinitas...

Un beso, Duende de mi cerezo. El bosque de la alegría es otro sin tu presencia.

:*